Si hay algo sumamente importante en la gestión de equipos es el liderazgo, la capacidad de guiar a una plantilla al éxito y a dar lo mejor de sí. Ser un referente, el primero en llegar y el último en irse, y dar ejemplo a los empleados hasta que consigan admirar al líder y le sigan en cualquier decisión que tome. En este libro, con los conocimientos de María Luz Pomares, intentaremos proporcionarle los tips y herramientas más importantes para ser un buen líder. Son muchos los ejemplos que tenemos de un eficiente liderazgo, y que alcanza casi lo sublime en los equipos de trabajo.
Un modelo para seguir en referencia al liderazgo podría ser Indra Nooyi, la mujer al mando de PepsiCo. Además de ser considerada como una de las ejecutivas más poderosas del mundo, ha llevado a cabo una profunda transformación en la compañía, llevándola a ideales más sostenibles y minimizando el impacto medioambiental de la marca.
Desde que se le designó como encargada de la organización en el año 2006, los beneficios anuales en PepsiCo han crecido 3.800 millones de dólares. Vamos a ver algunas claves para poder alcanzar un ejemplo de éxito como este.
Al liderazgo se le conoce como el proceso por el cual un individuo influye a un grupo de personas que logran una meta común.
La relación de influencia que se genera entre los líderes y sus colaboradores, mediante la cual ambas partes se enfocan en conseguir cambios y resultados permanentes que reflejen los propósitos que comparten. Los elementos son: líder, influencia y persuasión, propósito, responsabilidad, cambio y seguidores.
¿Qué características principales tiene un líder?
- Es la persona que guía y establece un rumbo.
- Está con la gente, la mantiene unida y la guía a la dirección correcta.
- Logra atraer a las personas creando un cambio más efectivo, y por eso otros le siguen.
- Un buen líder tiene la capacidad de influir en los colaboradores para que contribuyan en el cumplimiento de los objetivos de los equipos y la organización.
Qué es el liderazgo directivo
El liderazgo directivo podría definirse como la competencia orientada hacia la motivación, influencia y compromiso de los colaboradores para el logro de los grandes retos de la organización, a partir de alinear la misión, visión y valores hacia la generación de resultados.
Errores comunes de liderazgo
Existen errores muy comunes en los que suelen caer las personas que lideran la evolución de un equipo. Estos son:
- Permitir un exceso de complacencia.
- No crear coaliciones impulsoras suficientemente fuertes.
- Infravalorar el poder de la visión.
- Dedicar un porcentaje de esfuerzo equivocado a comunicar e impulsar que se interiorice la visión conjunta, ya sea el 10% o el 100%.
- Consentir que los obstáculos impidan ver la visión.
- No generar éxitos a corto plazo.
- Cantar victoria demasiado pronto.
- No anclar firmemente los cambios positivos en la cultura empresarial.
En el autoliderazgo es necesario apuntar y recordar que el liderazgo pleno y completo ha de comenzar por uno mismo. Liderarse para liderar.

¿Es lo mismo gestionar que liderar? Lo cierto es que no son la misma actividad, ya que requieren de habilidades y destrezas diferentes, pero son complementarias unas de las otras.
Gestionar hace referencia a las acciones que se realizan para hacer frente a las complejas situaciones que se dan en el día a día, con el objetivo de mejorar la competitividad y la productividad. Gestionar supone aceptar que para una situación concreta verdaderamente no existe una única solución posible, sino que son diversas las posibles soluciones que podemos implementar.
Para llegar a ser un directivo nos debemos preparar para manejar innumerables variables que se producen en el entorno empresarial. Sin duda, todo un reto que pone a prueba la capacidad del individuo para desarrollar habilidades en gestión.
En cambio, liderar es diferente. Se trata de la capacidad de influir en otras personas para que hagan algo, para activar sus conocimientos, habilidades y recursos de la experiencia acumulada. Se trata de desatar el potencial que todas las personas llevamos dentro y saber adaptarse a los posibles cambios y conseguir fomentar que otros también lo hagan.
Veamos algunos consejos para liderar en remoto. Aquí resulta fundamental tener empatía ante todo y transmitir emociones positivas al equipo. En este caso, el humor puede ser una gran solución para rebajar el estrés.
Un líder debe estar preparado para situaciones relacionadas con su equipo, pero también con los colaboradores. La flexibilidad y comprensión hacia los colaboradores, la humildad, la aceptación y el perdón son los valores que más conectan con las personas durante una crisis.
Asimismo, debe ser capaz de valorar cada iniciativa o sugerencia del equipo para crear lazos más fuertes y que perduren en el tiempo, así como de transmitir calma y serenidad ante la adversidad. El comportamiento que el líder tenga ahora le definirá como líder en un futuro, y marcará una huella que dejará en su equipo.
Un buen consejo es tener muy presente las circunstancias familiares de sus colaboradores. La conciliación familiar es muy importante, sobre todo en cuanto a hijos pequeños, para ello se deben buscar fórmulas y posibles horarios que se adapten a cada circunstancia.
En definitiva, el líder ha de intentar mejorar el funcionamiento del trabajo en equipo, y para ello puede organizar videoconferencias con varios miembros de su equipo conectados a la vez, en remoto, sin olvidar organizar también reuniones presenciales para unir al equipo.
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