Ser una persona productiva es algo que preocupa a muchos. No obstante, si se consigue es muy gratificante. La eficiencia y eficacia son claves a la hora de utilizar todos los recursos de los que disponemos, es decir, conseguir más consumiendo menos.
María Luz Pomares, psicóloga organizacional, aporta las claves para lograr una mayor productividad y rendimiento.
Antes de todo, es importante preguntarse a uno mismo: “¿Por qué no tenemos una productividad elevada siempre?”.
Normalmente se debe a algunas carencias básicas que vamos a comentar:
- La falta de planificación.
- Insuficiencia de gestión operativa.
- Deficiencia en la supervisión del trabajo.
- Una comunicación interna ineficiente.
- Bajo compromiso de los trabajadores.
- Mano de obra inadecuada
La productividad determina cuál es nuestro grado de competitividad, que es la clave para el crecimiento y sostenibilidad de una empresa. Este bajón de productividad se puede detectar cuando se dan ciertas situaciones. En primer lugar, detectamos una baja motivación. ¿Cómo se comprueba que esta existe?
- Asume las instrucciones sin proponer alternativas, tiene falta de iniciativa.
- No muestra ilusión ante nuevos proyectos o tareas.
- Critica y plantea problemas, pero nunca soluciones.
- Pesimismo contagioso.
- Se encuentra presente físicamente, pero ausente emocionalmente.
- Horarios flexibles y absentismo.
A falta de compromiso e identificación con la empresa, se genera una desorganización y la información no fluye.
Normalmente, la baja productividad aparece en cuatro ámbitos:
- En la organización del trabajo, la baja productividad aparece cuando se realizan jornadas laborales largas, períodos de descanso cortos, malas condiciones laborales, un mal ambiente de trabajo, herramientas insuficientes y falta de formación, espacios disponibles y deficiencia de comunicación interna.
- En la gestión de recursos humanos también hay algunos aspectos a tener en cuenta como la limitación al desarrollo personal, falta de reconocimiento, falta de capacitación del equipo, falta de objetivos claros, multitarea, monotonía de las tareas y la utilización de las T.I.C.
- En referencia a los recursos disponibles, se encuentra la ausencia de los recursos necesarios, la falta de formación en su utilización y la selección inadecuada de los recursos.
- Y, por último, en el ámbito de la producción (ejecución del trabajo), que implica realizar el trabajo de forma incorrecta debido a una mala actitud personal (carácter y expectativas), falta de formación y supervisión, realización en tiempo excesivo, paradas técnicas, falta de recursos y averías. También se puede dar por cambios de comportamiento, conflictos personales o adicciones.
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