El burn out es un problema que debemos evitar a toda costa, sobre todo por el daño emocional que causa. Recordemos que el burn out o “estar quemado” es una situación compleja en la que se alcanza un estado de agotamiento físico, emocional y mental en el entorno laboral. Desde la llegada de la Covid-19, los datos en referencia a estos problemas no ayudan. Uno de cada cinco españoles se ha sentido deprimido durante muchos días, más del 40% ha tenido problemas de sueño y la mitad se siente cansado, según el CIS (Centro de Investigaciones sociológicas). Este informe está muy relacionado con el ámbito laboral, pues el desempleo genera situaciones de ansiedad y depresión. Y, por otro lado, el sector sanitario, en el que el 79,5% de los sanitarios presentó síntomas de ansiedad, el 51,1% tuvo síntomas depresivos y el 40% afirmó sentirse emocionalmente agotado. Los datos los recoge el estudio “Sanicovid-19: impacto emocional frente al trabajo por la pandemia del Covid-19- en personal sanitario”, llevado a cabo por el Laboratorio de Psicología del Trabajo y Estudios de Seguridad de la Universidad Complutense de Madrid.
Esta situación nos sirve para sacar conclusiones y ver cómo podemos afrontar situaciones similares. Por ello, y de la mano de María Luz Pomares, psicóloga relacional y experta en Recursos Humanos, hoy veremos cómo combatir el burn out en tiempos de pandemia o situaciones límite parecidas.
Debemos enfocarnos en la salud laboral e intentar adoptar medidas que puedan ayudarnos a incrementar la calidad de vida en el trabajo. El estrés es uno de los problemas más comunes en el ámbito laboral, pero podemos combatirlo con estas medidas.
- Una mayor flexibilidad horaria y tiempo libre para conciliar la vida laboral y personal.
- Una semana laboral más corta.
- Mayor seguridad laboral.
- Teletrabajar.
La pandemia ha arrojado distintos retos para la salud mental, como por ejemplo abordar la reincorporación provocada por la falta de desconexión digital, que ya reconoce la nueva ley del trabajo a distancia, y por el estrés que genera el hecho de volver al trabajo después de varias semanas e incluso meses.
Esta situación de reincorporación al trabajo tras un confinamiento viene a ser una situación donde no hay precedentes en nuestro escenario laboral, generando nuevos retos a los que empresarios y equipo deben hacer frente.
Esto implica necesariamente volver a incorporar procesos y retomar el ritmo de trabajo presencial, volviendo a los hábitos de levantarse temprano, recuperar las funciones y responsabilidades de nuestro puesto de trabajo, etcétera.
Por otro lado, existen nuevos retos que cumplir, como son los nuevos objetivos empresariales y la adaptación a un nuevo mercado ahora más digitalizado. Los nuevos clientes 2.0. son cada vez más tecnológicos y exigentes, lo que obliga a que los empleados adquieran un papel más proactivo y resolutivo. La satisfacción de las nuevas necesidades puede generar una presión extra en los trabajadores, que deberán adaptarse a las nuevas situaciones empresariales.
Y no olvidemos las consecuencias que supondría no adoptar estas medidas, como pueden ser problemas de concentración, desmotivación y estrés. Además, incidiría negativamente en la productividad del empleado y acarrearía pérdidas económicas para la empresa.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que “el estrés laboral afecta muy negativamente a la salud física y emocional de los trabajadores”.
La OMS ha publicado una serie de consejos prácticos para orientar a las empresas en la gestión del estrés laboral. Estos consejos garantizan la calidad de vida laboral. Estas son algunas de ellas.
- Redefinir las tareas y funciones de los puestos de trabajo dentro de la organización, por ejemplo, repartiendo la carga de trabajo de forma distinta o escogiendo una cultura del trabajo de dirección por objetivos en vez de bolsa de horas de trabajo.
- Asegurar la productividad motivando a los empleados.
- Adoptar medidas como la flexibilización de la jornada de trabajo con diferentes posibilidades horarias, puede ayudar a conseguirlo.
- Realizar evaluaciones del desempeño de los progresos realizados por los empleados, para estimular la mejora continua.
- Poner en marcha programas de gestión de recursos humanos destinados a los supervisores, permitiendo la interacción entre empleados y fomentando el trabajo en equipo.
- Implementar formación en cuidado de la salud, autocontrol emocional y gestión del tiempo para los trabajadores.
- Tener en cuenta lo relacionado con la prevención y promoción de la salud. Por ejemplo, la ergonomía. No solo se debe facilitar equipos de trabajo de calidad, sino proporcionar mobiliario y demás herramientas de trabajo destinados a mejorar las condiciones físicas de los empleados.
- Adoptar programas de detección precoz de enfermedades físicas y psicológicas, y prevención de problemas asociados al estrés laboral.
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