La procrastinación es el gran enemigo de nuestra rutina laboral. Quizás la palabra no sea tan familiar, pero seguro que ahora cuando os lo expliquemos, os sentiréis muy identificados.
La procrastinación consiste en aplazar actividades o situaciones importantes sustituyéndolas por otras más agradables e irrelevantes. ¿A qué ahora si sabéis de lo que hablo?
Pongamos un ejemplo del ciclo de procrastinación:
- Tienes algo que hacer.
- Antes te vas a por un café.
- Llegas y miras un momento las redes sociales.
- Intentas centrarte y buscas el material que necesitas para trabajar.
- Desistes un poco y navegas un rato en la web.
- Pones música para animarte, pensando que eso te despertará.
- El estrés aumenta y decides irte a por un dulce para fingir que esto te va a relajar.
- Te embobas con cualquier cosa externa, como, por ejemplo: los parajitos que pasan.
- Entras a YouTube a ver algún vídeo que te recomendaron.
- Ha pasado toda la tarde y te das cuenta ¡que no has hecho nada!

La procrastinación se produce por varias razones debidas a distintos aspectos:
Hábitos: la autocrítica, la baja autoestima o las expectativas inalcanzables inciden en nuestro comportamiento.
(También nos afecta) La falta de recursos (escasez de herramientas y habilidades), confianza o enfoque.
El exceso de trabajo, planificación, el perfeccionismo, acaba estresándonos.
Sentimientos: estrés, ansiedad, frustración, preocupación, aburrimiento o incompetencia nos hacen caer en la procrastinación.
Estar insatisfecho con: la vida, el propio trabajo, los estudios o las relaciones sentimentales.
El miedo a: el éxito, el fracaso, al conflicto, a ser juzgado o a lo desconocido.
Ya te hemos presentado a la procrastinación. Parecen muchas cosas, pero os ayudaremos a combatir todo esto. Para ello, os invitamos a que sigáis nuestro blog.
Add a Comment