La conciliación sigue siendo un tema pendiente para buena parte de las empresas españolas, y la pandemia lo ha puesto de manifiesto. Al comienzo del pasado confinamiento, más del 50% de los ocupados trabajaban desde sus hogares, más del 30% de ellos afirmaba que tenía dificultades para desconectar digitalmente y más del 60% reconocía responder llamadas de trabajo fuera de horario. El teletrabajo y la flexibilidad horaria siguen cogiendo fuerza, siendo los sistemas híbridos los más valorados.
Los brotes verdes existen, pues 6 de cada 10 medianas empresas ya ofrecen el teletrabajo como medida de conciliación, aunque la herramienta más empleada es la flexibilidad laboral, las excedencias por el cuidado de los hijos y las jornadas intensivas. En este libro, dirigido por María Luz Pomares, psicóloga organizacional y experta en Recursos Humanos, veremos las medidas de conciliación más exitosas y en qué consisten.
Las medidas de conciliación por parte de las empresas se habían quedado en un segundo plano antes de la irrupción del coronavirus.
Ahora, nos enfrentamos a nuevos escenarios y retos, y uno de ellos es conseguir el éxito en la conciliación de la vida familiar, personal y laboral. Lograrlo requiere un gran esfuerzo organizativo por parte de todos, adecuando los espacios laborales e involucrando a empresas y trabajadores en la transformación de procesos acompañados de las nuevas tecnologías.
Compatibilizar las necesidades de las compañías con los derechos de los empleados siempre es un dilema en el entorno laboral. La pandemia ha cambiado todo y ha acelerado la necesidad de buscar una solución urgente. El teletrabajo, una modalidad que hasta ahora ninguna organización se había planteado implementar, ha pasado a ser una de las medidas para lograr la conciliación.
Pero las nuevas medidas de conciliación que están apareciendo, ¿llegan para quedarse?, ¿o tendrán fecha de caducidad? Habrá que esperar para responder a esas preguntas, pero por ahora la flexibilización laboral, el teletrabajo y trabajo híbrido, la jornada corta o el derecho a la desconexión se están implementando y parece que funcionan.
Flexibilizar el tiempo y el modo de trabajo como medida de conciliación estaba contemplado hace mucho tiempo, y así se refleja en el Estatuto de los Trabajadores, pero antes de la reforma del RD-ley 6/2019 únicamente se podía disfrutar si venía recogida en convenio colectivo o en acuerdo previo con la empresa. En este Real Decreto prima la adaptación de la jornada sobre la reducción de esta. Así, el trabajador no tiene que rebajar sus horas de trabajo ni su sueldo.
Por otra parte, nuevas medidas de conciliación tienen como fin enfocar el teletrabajo a largo plazo, y no tanto como una solución provisional para hacer frente a la crisis.
Entre los puntos clave del teletrabajo, se encuentran las siguientes:
- El teletrabajo es voluntario y reversible.
- Los empresarios asumirán los gastos de todos los medios: equipos y consumibles que exige el desarrollo del trabajo a distancia.
- Las horas trabajadas a distancia deben ser, al menos, el 30% de la jornada durante un período de tres meses, es decir, un día y. medio a la semana.
- El acuerdo ha de ser escrito entre trabajador y empresa.
- Se permite fijar periodos de disponibilidad obligatoria.
- Se mantiene el sistema de registro horario.
- El teletrabajador tendrá en todos los casos los mismos derechos que el empleado presencial.
También existe la opción del trabajo híbrido. En este caso, las organizaciones adoptan sistemas más novedosos. Estas fórmulas ofrecen mayor flexibilidad y autonomía al empleado, dando lugar a la conciliación de la vida personal familiar y laboral obteniendo beneficios como:
- Mayor productividad para la empresa y para el empleado, que además gozará de más tiempo libre. ¿Por qué trabajar 8 horas si en 4 realizas el trabajo requerido? Trabajar menos horas puede favorecer la productividad, ya que los trabajadores están más motivados porque disponen de mayor tiempo libre.
- La plantilla, más satisfecha. El equipo percibe interés real por su bienestar físico y emocional, además de interesarse por su situación personal.
- Ahorro en costes para la empresa. Las empresas ahorran en costes, por ejemplo, ya que plantean oficinas más pequeñas y aumenta la disponibilidad de los espacios de la propia oficina.
Los cambios asustan, por ello veremos cómo implementar este tipo de jornadas. Aunque es un concepto relativamente nuevo, la jornada comprimida ya está funcionando en algunos países.
En España, esta medida aún está en pañales, pero algunas empresas ya están pensando en adoptarlas.
El derecho a la desconexión digital, regulado por el artículo 88 de la Ley Orgánica de Protección de Datos, también está cobrando protagonismo. La ley establece que “los trabajadores y los empleados públicos tendrán derecho a la desconexión digital a fin de garantizar el respeto de su tiempo de descanso, permisos y vacaciones, así como de su intimidad personal y familiar”.
El empleador deberá elaborar la política interna que recoja todos los términos para el adecuado ejercicio de este derecho a la desconexión digital, así como las medidas y acciones formativas de capacitación del personal sobre el uso adecuado y razonable de las herramientas tecnológicas para evitar la posible fatiga a causa de los dispositivos informáticos.
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