En este post vamos a hablar del burn out. Antes de explicarlo, te contaremos una situación que te acerque al concepto.
Hace tiempo un hombre llamado Juan empezó en el trabajo de sus sueños; quería ser comercial y había alcanzado su meta. Empezó a formar parte de una empresa dedicada a vender prácticamente cualquier cosa, con una tasa de éxito espectacular y en el que iba a comenzar a ser director comercial, nada más ni nada menos.
Pasado algún tiempo Juan, muy contento con su trayectoria en la empresa, fue adquiriendo más y más responsabilidades, prácticamente podríamos decir que era el segundo del jefe.
Las cosas comenzaron a ir mal, resulta que el grueso de los empleados había dejado el trabajo, y Juan había tenido que renovar a más del 50% de la plantilla. Estos nuevos empleados no tenían la experiencia de los antiguos y comenzaron a perder muchos de los clientes de la gran cartera que tenían. Juan hacía turnos de más de doce horas intentando revertir la situación y protegiendo lo que para él era el trabajo de su vida. Los nuevos empleados no paraban de quejarse de turnos extensos y malas condiciones. Entonces, Juan entró en un bucle permanente en el que el cansancio físico y psicológico se apoderó de él.
Juan terminó rindiendo lo mínimo y completamente destrozado, todo lo que había sido como director desapareció y se sentía perdido. Finalmente, terminó sumido en una depresión y dejó el trabajo de sus sueños.
Este episodio es un ejemplo claro del burn out, “o estar quemado”, traduciéndose al castellano. Se trata de un tipo de estrés laboral que afecta principalmente a los empleados, y cuyos síntomas son agotamiento físico, emocional o mental. Los trabajadores que lo sufren experimentan un bajón en su destreza y concentración en el trabajo e incluso pueden ver mermada su autoestima.
Los expertos afirman que este síndrome afecta al 10% de los trabajadores, y en sus formas más graves, entre el 2 y el 5%. Por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que al “síndrome de burnout” como una enfermedad consecuencia del desgaste profesional.
- ¿A qué se debe este tipo de estrés laboral?
Pese a que lo hemos dejado a entrever en el relato introductorio, veamos a qué se debe exactamente este tipo de estrés laboral. Normalmente aparece por sobrecarga en el trabajo o trabajos demasiado monótonos, horarios de trabajo excesivos, por la no separación del trabajo con la vida personal, un elevado nivel de responsabilidad o tareas pendientes que originan una ansiedad continua. En ocasiones, lo que comienza como una motivación, acaba convirtiéndose en un sufrimiento excesivo para la persona.
- ¿Cuáles son los síntomas de este síndrome?
Atajar el problema cuanto antes es importantísimo, por ello hemos de saber detectar cuáles son los síntomas del “síndrome de estar quemado”. Normalmente, los trabajadores con este estrés se sienten fatigados y agotados tanto física como mentalmente, carecen de motivación alguna y tienen falta de energía. Bajan su rendimiento y eficacia notablemente, algo que es relativamente sencillo de detectar en el trabajo. Se distancian del trabajo, de los clientes e incluso del equipo de trabajo. Están muy irritados y pierden la ilusión por el empleo, pues se ven afectadas la autoestima y la propia valía. Se muestran intolerantes e impacientes, padecen de dolor de cabeza, insomnio e incluso mareos. Pierden la fuerza física, somatizan y hasta pueden padecer depresiones.

- ¿Todo estrés es malo?, ¿o es el exceso de este el que produce malestar?
Podríamos incurrir en el error de pensar que todo estrés es malo, pero la realidad es que no, en muchas ocasiones nos ayuda a maximizar los recursos energéticos de nuestro cuerpo para sobrevivir en situaciones amenazantes. El problema es actuar de forma repetida ante mil situaciones cotidianas sin importancia, en ese caso, el estrés es crónico y puede acarrear consecuencias muy negativas a la salud.
Sentirse estresado depende de cómo se interpreta la situación estresante y de los propios recursos que el individuo cree que tiene para afrontarla.
- Consecuencias del estrés.
Trastornos respiratorios; coronarios; inmunológicos; endocrinos y metabólicos; gastrointestinales; sexuales; dermatológicos; musculares y psicopatológicos.
- ¿Qué estrategias hay para afrontarlo? Veamos algunos ejemplos.
- La interpretación de una situación que vivimos como estresante hará que se active o no la respuesta de estrés.
- La clave es adquirir estrategias de afrontamiento al estrés para no pasarlo tan mal y evitar consecuencias físicas y psicológicas.
EJEMPLOS:
- TAREAS A = PRIORIDADES
- TAREAS B = IMPORTANTES APLAZABLES
- TAREAS C= SE PUEDEN DELEGAR
- Usar las emociones adecuadas para solucionar los problemas.
- Control emocional del equipo de trabajo
- Actuar positivamente en condiciones constantes de estrés
- Durante la pandemia, muchas empresas se han visto obligadas a tomar medidas como el teletrabajo, y esta situación puede provocar estrés laboral en los trabajadores que no consiguen desconectar.
- Esta situación de always on puede derivar en el síndrome de estrés laboral también llamado burn out, ya que los empleados que trabajan desde casa son susceptibles de experimentar un desgaste más acusado como consecuencia de la falta de desconexión digital.
- Muchos expertos advierten que la falta de desconexión conlleva consecuencias graves para la salud mental de los trabajadores.
- El síndrome de burn out en tiempos de pandemia. ¿Por qué se ha incrementado?
- Muchos trabajadores a distancia viven inmersos en always on.
- Muchas personas tienen su casa como una oficina, difuminándose la línea que separa el trabajo del tiempo libre.
- La incertidumbre que desprende el mundo laboral, debido al cierre de multitud de establecimientos comerciales con motivo de la crisis.
- La vuelta a la oficina después de meses teletrabajando.
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